Por el año de 1973, un responsable de la organización alemana Pan para el Mundo (Brot für die Welt), Werner Rostan, después de haber trabajado en el Perú, se acercó al Ecuador porque consideraba que el Ecuador también podría recibir apoyo. ¿Cómo entender en esa época, desde Alemania, la realidad del pueblo ecuatoriano?
Para conocer el país, Pan para el Mundo buscó entonces profesionales ecuatorianos comprometidos con la suerte del desarrollo del Ecuador: hombres y mujeres de instituciones privadas de desarrollo, hoy llamadas ONG, de la academia, pensadores, conocedores de las diversas realidades.
Así se formó el Comité ad hoc de Pan para el Mundo, con cinco personas que trabajaron ad honorem, analizando propuestas e informando sobre su pertinencia. Luego de varios años de esta colaboración, el pequeño Comité se institucionalizó y decidió llamarse Comité Ecuménico de Proyectos (CEP).
Recién en 1992 adquirió su personería jurídica en el entonces llamado Ministerio de Bienestar Social. Durante los siguientes veinte años otras agencias de cooperación de Bélgica, Holanda y Canadá se relacionaron con el CEP; sin embargo, posteriormente se restringió el ámbito de nuevo a entidades alemanas, debido al estado de desarrollo del país y cambios drásticos en las políticas públicas.
Hoy actúa con un equipo ejecutor pequeño y ágil, conformado por ocho personas, seis mujeres y dos hombres. Cuenta con el aporte de consultores contratados para tareas especializadas. Una asamblea ampliamente representativa está integrada por profesionales de excelencia.